Un espacio cardioprotegido es aquel lugar que dispone de los elementos necesarios para asistir a una persona en los primeros minutos tras una parada cardíaca.
En caso de un paro cardíaco, el tratamiento rápido con un dispositivo médico llamado un desfibrilador externo automático (DEA) puede salvar vidas. El DEA es un tipo de desfibrilador computarizado que analiza automáticamente el ritmo cardíaco de una persona que está sufriendo un paro.
Siete docentes del centro recibieron formación en la realización del masaje cardiopulmonar en caso de parada cardiorrespiratoria (PCR), así como el uso del desfibrilador externo automático. Los primeros minutos, tras una PCR, son fundamentales para que aquellos que lo sufran puedan tener mayores opciones de supervivencia hasta la llegada de la UVI móvil y ser estabilizado.
Todo el equipo adquirido por el centro ha sido sufragado a través de la venta de pulseras solidarias, bajo el proyecto de «pulseras salvavidas», entre toda la Comunidad Educativa y con una gran implicación de la AMPA «Llanura Manchega» en la venta de las mismas.
Las estadísticas dicen que en España una persona sufre una parada cardiorrespiratoria cada 20 minutos. Esperemos no tener que utilizarlo, pero que llegado el caso, al menos podremos ayudar a quien lo sufra.
