Viki, hoy eres la protagonista.., es tu momento, disfrútalo
¿Qué podemos decir? haciendo balance del trabajo de Viki…
Llega al centro el 3 de Marzo del 1983, ha sido la mano de derecha de todos los equipos directivos y el puntal donde se ha apoyado todo el instituto.
Del prestigio de nuestro centro… del que hemos podido presumir, no que lo hayamos hecho o quizás en algún momento si, de ese prestigio, tú has sido una parte muy considerable. Has sumado mucho para que nos hayamos podido sentir orgullosos de nuestro centro.
Mujer trabajadora e inteligente desde siempre. Obtiene Matricula de Honor en COU y toma la decisión de ser docente, por lo que se va a estudiar Magisterio, y se forma como maestra de carrera. , como tal, imaginaos….., todos hubiéramos querido haber sido alumnos tuyos, o hubiéramos querido que enseñaras a nuestros hijos o hijas, o hubiéramos querido ser tu compañero de departamento. En lugar de todo eso, el destino quiso que opositaras al cuerpo de funcionarios para ocupar el puesto de Jefa de Secretaría.
Hija de Sotero López, un padre recto y bueno, y de Mercedes Llanos, una mujer con muchas virtudes, pero destacando en una, la inteligencia. Sotero y Mercedes, debieron engendrarte con la mejor genética de todos y cada uno de sus antepasados. Por tus padres, has vertido todos los esfuerzos para ayudarles siempre, sobre todo en los últimos momentos, que en el caso de tu madre han sido extremadamente dolorosos, pero tranquila, que bien orgullosos estarán de ti.
Madre apasionada, tu hijo es tu orgullo y el motor de tu vida. Ahora te queda mucho tiempo libre. A Juan Luis, seguro que no le van a faltar visitas, pero no olvides que aquí, en tu segunda casa, los que quedamos, estaremos deseosos de verte siempre.
La máquina de escribir dejará de cantar y bailar, esa joya mecánica y emocional, que vibraba al ritmo de tus alegres pulsaciones. Querida Vitoriki, Latoya, Victoria o Viki, tu pelo rubio, tus ojos azules y tu dulzura y profesionalidad nos las quedamos en la memoria a largo plazo, en los recuerdos más profundos y queridos que no se borran ni se olvidan nunca.
Gracias por alegrarnos estos años, eres un ejemplo a seguir, eres una estrella, que como tal brilla con luz propia.
Como dice Eladio Cabañero en el poema “tu y yo en el pueblo”: “no es necesario que te diga que te quise, compañera…” pero si, te lo digo y te lo vamos a decir todos y todas:
Te hemos querido mucho, te adoramos y te seguiremos queriendo siempre.
Pablo González Ortiz